El 1 de abril de 2007 representantes de treinta asociaciones de los ámbitos de la cultura, el arte y la naturaleza, se unen al pie del texu de Abamia para celebrar una asamblea y pedir a los responsables del Principado de Asturias, la protección de los tejos de iglesia, tantas veces afectados por las obras de restauración y remodelación de sus entornos. Las obras de este lugar y los numerosos antecedentes de graves daños a los árboles centenarios de otros lugares e incluso las primeras agresiones a estos de Abamia, justifican la celebración de este encuentro en el que se funda el "Conceyu del Texu", para la defensa de este patrimonio y se escenifica un abrazo al árbol como compromiso simbólico de esa protección.
Pocos meses después, el 21 de octubre de 2007, obtenemos estas imágenes que muestran las graves agresiones a los tejos. El más viejo, en el lado oeste, sufre la amputación de una enorme porción de su sistema radicular, a tan solo tres metros del tronco. Una zanja de 17 metros, excavada con pala mecánica, secciona raíces de hasta 10 cm. de grueso. ¡Para pasar el cable de alumbrado exterior de la iglesia¡¡¡¡
Los otros tejos sufren por su parte todo tipo de agresiones que van desde la excavación de zanjas, hasta la apertura de hoyos, la colocación de zapatas de cemento, etc.
Todas estas actuaciones se hacen en contra del Plan de Manejo del Tejo (Decreto 145/2001) que prohibe expresamente todos estos daños a los tejos centenarios y sus inmediaciones e incluso el aumento de la artificialidad de esos entornos.
1 comentario:
Gabriel Iguiñiz Agesta www.arbolonline.org
Los diez mandamientos (... a modo de resumen. Podríamos poner más.).
Lo que le hagas al árbol ahora, lo manifestará, no mañana, sino dentro de 4 (ó 8, o más) años.
No hace falta tocar al árbol para dañarlo muy gravemente. La parte más delicada del árbol está bajo la superficie. Y no a 2 metros de profundidad, sino a 30 cms. de profundidad. Las raíces están instaladas horizontalmente y lo más superficialmente que pueden. Y en un área normalmente mayor que la proyección de la copa.
Basta una zanja para degollar un árbol. Basta rebajar el suelo 20 cms., elevar el nivel del suelo 30 cms., o compactar el suelo con el simple paso de camiones o maquinaria, para dañar gravemente un árbol.
Algunos árboles pueden sobrevivir a alteraciones graves del suelo fabricando nuevas raíces de absorción, pero las raíces de anclaje pueden morir y descomponerse, y, tras ello, el árbol caerá en una tormenta.
El centro del tronco no es la parte más viva, sino la más muerta. La parte más viva del árbol está justo debajo de la corteza: los golpes y descortezados son las heridas más graves.
Los árboles no “se curan”, no son animales. Es prácticamente imposible “curar”, “fortalecer”, “alimentar” o “recuperar” un árbol dañado, herido, agotado. Las heridas grandes (podas exageradas, desgarros...) producirán, con seguridad, pudriciones graves de la estructura, 10, ó 15 años más tarde.
Los árboles dañados no suelen morirse: sobreviven dañados y siguen creciendo, convirtiéndose en árboles peligrosos. La valoración y reducción de riesgo es una actividad en alza...
Cuanto mayor sea el arbolado (más viejo, más alto, más denso...), más difícil es actuar sin graves consecuencias; cuanto más joven, todo más fácil. Y hay especies que soportan más los abusos, y especies que no aguantan nada.
No creas que lo sabes todo sobre los árboles. Observa los resultados a largo plazo, y pregúntate porqué.
Todos estos problemas se pueden prever, pero no se pueden solucionar. Generalmente es posible (aunque francamente difícil) actuar correctamente bajo el arbolado. Todo proyecto de "conservación" de arbolado debe llevar un estudio, previo al inicio de las obras, que plantee un plan de conservación serio y bien realizado. Sin esta previsión, la conservación entra directamente en el terreno del milagro.
Gabriel Iguiñiz Agesta www.arbolonline.org
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