jueves, 8 de marzo de 2018

¡OH MY LIFE! (Y TÚ DE QUIÉN ERES, SEGUNDA PARTE)

Ocurrió hace unos pocos años. Una concejala de Colunga me llama para una reunión con unos profesores de la Universidad de Oviedo que proponen un LIFE para las Tejedas del Sueve. Pese a mis reticencias por la manifiesta insensiblidad de los representantes de este ayuntamiento hacia los árboles en general y estos bosques en concreto, acudo. Confieso que con mucho escepticismo. La realidad siempre termina superando la ficción y los profesores exponen su intención de solicitar un LIFE a la Unión Europea para favorecer la regeneración de esta tejeda que tiene graves problemas de conservación. Proponen hacer cercados para que los hervíboros no puedan ramonear los árboles y pretenden también favorecer la "facilitación" repoblando plantones de tejos junto a especies protectoras como el acebo. Hablamos largo rato y expongo la necesidad de actuar sobre el problema principal, la población de gamos, introducidos en 1960, que está causando estos y otros graves problemas en uno de los bosques más importantes y antiguos de este país. Les cuento los múltiples problemas ecológicos que pueden generar los cercados en este lugar y la lógica oposición a los mismos entre pastores y ganaderos. Les propongo enseñarles cientos de plantones de tejo que ya están protegidos por acebos y espinos albares principalmente, pero no logran crecer por la intensidad de ramoneo sobre los mismos... Es inútil hablar con quien no quiere entender y la agente de desarrollo, presente también en la reunión, trata de mediar diciendo que tendríamos que llegar a un acuerdo cediendo por ambas partes. ¡Como si estuviéramos mercando una vaca! El desconocimiento de este bosque por parte de los profesores queda continuamente de manifiesto y cuando les hablo de medidas como poner los abrevaderos en la periferia de la tejeda para alejar a los hervíboros contestan con prepotencia que este es el ABC de cualquier plan de este tipo. Ignoran que la consejería de turno acaba de instalar abrevaderos en el corazón mismo de la tejeda. La discusión se tensa y como no logran convencer de la necesidad del proyecto, terminan revelando que si no se plantean estas actuaciones no les concederán el LIFE. ¡Oh my LIFE! uno se queda pensando cuántos proyectos financiados con dineros públicos responden más a las necesidades y caprichos de los promotores que al auténtico interés de preservar patrimonios, especies y espacios.