martes, 7 de octubre de 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

EL ÁRBOL

Cuando el árbol es tierno
cualquier viento lo mueve.
Suena en el mediodía
con música agreste;
tiembla de las raíces
hasta las hojas más débiles;
vibra como una cuerda
de la lira celeste.

Pero después su tronco
flexible se endurece;
se acorteza su carne;
su raíz se hace fuerte;
le desnudan la copa
el otoño y la nieve;
la feliz primavera
se la viste de verde.

Pero el árbol ya es otro.
Otros vientos lo mueven.
Otras brisas quisieran
orearle la frente.

Pero el árbol es otro
irremediablemente.

Él no lo sabe. Ignora
el rostro de la muerte.
Sobre el inmóvil tronco
donde el tiempo se duerme,
su juventud le canta
armoniosa, le mece,
tañe, para él, las cuerdas
de oro en las ramas verdes.

Pero el árbol es otro
irremediablemente.


JOSE HIERRO.Antología poética 1936-1998. Edición Gonzalo Corona Marzol.Colección Austral. Espasa Calpe,S.A. 1993,1999.ISBN 84-239-9863-0